La Libertad Religiosa, como decía el Licenciado Lee, es un tema muy apasionante. Quien no se apasiona de éste tema no puede trabajarlo. Las personas que estamos involucradas con el tema debemos conocer de qué va el estado y de qué van las confesiones religiosas. Empezamos entonces con una pregunta ¿cómo potenciar las garantías estatales respecto de la libertad religiosa? Ya se encuentran dentro de la jurisprudencia y las normas; los estados y los legisladores hacen los esfuerzos por emitir las normas pero ¿cómo aterrizarlas? Cómo hacerlo en el día a día de una persona que abrace una confesión religiosa que más satisface su espiritualidad puede realmente efectivizarla. Cómo las normas que se supone deben facilitar la relación del estado con las entidades religiosas se ven como un portazo porque un funcionario público no lo comprende.
El esfuerzo que nosotros hemos intentado hacer en la dirección de Asuntos Interconfesionales debo decir que el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, esta área está en la Dirección de Justicia. El año pasado recién ha cambiado a Dirección General de Justicia y Libertad Religiosa, se denominaba antes como Dirección General de Justicia y Cultos.
Mucho antes, tenemos una historia confesional y en eso nos identificamos la mayoría de países latinoamericanos, una historia de estados confesionales arraigados. No podemos salir del contexto histórico en el que estamos pero tenemos que ver también el espacio jurídico y los avances que han habido en ese espacio. Tenemos también una dirección de asuntos de la iglesia católica. Nosotros trabajamos las relaciones del estado con las confesiones no católicas, así aparece en nuestra norma; pero tenemos la facultad de trabajar el fortalecimiento de la libertad religiosa.
Un primer punto que tenemos que trabajar es la desestigmatización de que en los espacios públicos no se puede hablar de religión; allá sucede lo contrario, todos los legisladores o funcionarios públicos juramentan delante de una biblia y una cruz, símbolos religiosos, y no pasa nada pero si alguien que no tiene una confesión religiosa o pertenece a otra confesión religiosa, separan los símbolos religiosos, pues sale un titular al día siguiente “fulano de tal juramentó y le quitaron la cruz y la biblia”. Esas son situaciones que suceden en muchos de nuestros países a los que a veces nos acostumbramos y a veces se acostumbra el ciudadano de tal manera que nosotros hemos tenido un caso en particular en donde dos abogados no católicos van a juramentar al ilustre Colegio de Abogados de Lima y la persona que le recepciona todos los datos recibe una carta en la que dice que no van a juramentar con los símbolos religiosos que acostumbra el colegio; y en el colegio le dijeron “¿Cómo? Si nosotros tenemos 100 años de existencia y jamás se ha quitado la biblia y la cruz del podio de juramentación para los abogados, simplemente les dijeron que no iban a quitar los símbolos religiosos. Ellos fueron a nuestra oficina y lo que hicimos fue ilustrar al colegio de abogados de que existe la libertad religiosa y que si ellos están invocándola, pues que acepten su promesa porque era lo que ellos pretendían.
Situaciones que cierran las acequias en los pueblos porque una familia que abrazó otra confesión religiosa no quiere participar con la cabeza de ganado para la fiesta patronal; el pueblo le cierra el espacio, las acequias de agua y queda sin regar sus tierras. Llega una carta a nuestra oficina y nosotros tenemos que orientar a la asociación de pobladores de ese lugar; no era el estado, es la gente.
¿Qué es lo que necesitamos? Se necesita acción. Cuando hablamos de Libertad Religiosa tenemos que hablar de espacios, en que las comunidades de fe inciden como lo es la educación. Obvio la libertad de educación también es un derecho, y la libertad religiosa comporta la libertad de educación. Es más, los instrumentos internacionales conocemos que necesariamente establecen que la educación de los niños va a ser la que los padres decidan darle en temas religiosos. Pero aterrizarlo en el día a día todavía es dificultoso. Tenemos en los colegios de Perú, cursos de religión, el cual es dictado por profesores que necesariamente tienen que ser autorizados por la organización que verifica que estos profesores tengan la línea de la religión que aparece de acuerdo al convenio que tiene el estado peruano, convenio firmado en 1979. Haciendo referencia no podemos evitar hablar del contexto histórico y jurídico pues en los instrumentos internacionales que van desde 1945, 50, de los que Perú es parte; vinieron a implementar cuando el sistema de patronato que regia la relación del estado con la iglesia se cancela para dar paso a este otro sistema, el sistema de convenio; el sistema de acuerdo.
Empiezan a emitirse diversas normas administrativas como un matiz de favorecimiento del quehacer de una confesión religiosay eso era bueno en cierto punto pues no hablaba de, por ejemplo, se exonera el impuesto predial de los lugares de culto, de determinada confesión religiosa; si no se exonera los predios de las entidades religiosas. Incluir a otras entidades religiosas no fue fácil pero ha sido un quehacer administrativo, orientar al funcionario público qué es lo que hemos estado haciendo para aterrizar lo que ya aparece en las normas.
Empezamos con esto en el 2016 a través de una feria interconfesional religiosa en la sede del Ministerio de Justicia; por primera vez una entidad del estado albergaba, no solamente la registra con un certificado y ya; lo que hicimos fue invitarlos a mostrar su vestimenta, sus símbolos religiosos, su dogma y tener un stand para que cada uno vaya compartiéndolo con las personas que asisten a esta feria. Resultó que los mismos trabajadores del Ministerio de Justicia que en un principio pensaban que en nuestro espacio, asuntos interconfesionales, era para orar; eso pensaban nuestros propios compañeros por lo que darle el matiz que le corresponde a la libertad religiosa nos ha costado un poco porque hay que “cambiar el chip”. El funcionario público tiene que aprender a aterrizar las normas en el quehacer diario, mirar “al otro” con respeto, con una tolerancia positiva. No solamente hablar de la pluralidad y el respeto a la diversidad, sino de hablar del pluralismo, involucrándonos, generar estos espacios importantes.
Este momento histórico es de celebrarse en México porque no es una tarea fácil porque hay que cambiar el chip, hay que mirar “al otro” con un respeto igual que el que merezco; esa tarea es la que venimos impulsando a través de acciones, mesas de trabajo, situaciones en las que tenemos que tener participación conjunta entre servidores públicos y representantes de las diferentes confesiones.
Hay una frase que suelo mencionar frente a lideres religiosos “todo mundo quiere ser cabeza y no cola”; y por eso no colaboran entre sí muchas veces por querer tener más llegada al poder; a veces las acciones se generan a favor de una o de otra dependiendo de su cercanía al poder. Intentamos que las cosas sean parejas.
El año pasado logramos otra feria interreligiosa donde participaron más comunidades de fe, tuvimos 15 diferentes confesiones religiosas que recién se han presentado y registrado con nosotros; por ejemplo, los Hare Krishna, los Vaisnava, los Brahama, fue muy novedoso tenerlos a ellos, por primera vez pudimos concretar una alianza con una confesión religiosa también e intentamos influir en los funcionarios públicos que tenga que generar estos espacios a escondidas, ya que este es un derecho fundamental.
De eso se trata la libertad religiosa, trabajar por la desestigmatización, luchar contra la discriminación, de generar no solo tolerancia positiva sino un verdadero pluralismo. Del reconocimiento de la diversidad que edifica, que ayuda a crecer al otro y nuestra sociedades van a crecer también en la medida que nosotros veamos que el otro crece.
Dra. María Esperanza Adrianzen Olivos
Directora de Asuntos Interconfesionales de la Dirección General de Justicia y Cultos del Ministerio de Justicia del Perú