El Arzobispado de Guadalajara, exige que en un estado laico se respeten todas las expresiones, incluida la religión católica.
Ante la crítica a los católicos, está la “rebelión de los católicos”, debido a que “algunos políticos, analistas, periodistas y académicos, están alzando la voz exigiendo que caiga el poder del Estado contra los católicos, contra la Iglesia, en nombre del laicismo”.
Advirtió “sí hoy algunos sectores exigen al Estado, reprimir a los católicos; mañana lo pedirán para los evangélicos y pasado mañana para cualquiera que no coincida con sus posiciones.”
No se puede, detalló por un lado, defender la democracia y el Estado laico mientras, por otro, se exige que los ciudadanos sean excluidos por manifestarse en libertad.” Callar voces es lastimar a la sociedad misma. Exigir la sumisión es tocar los ámbitos del autoritarismo”.
El Estado laico bajo un sistema democrático, destaca “no puede ser antirreligioso. La libertad religiosa no es concesión del Estado. Es un derecho humano que arropa por igual a los ateos, a los agnósticos y a los creyentes de cualquier religión”.